¿Cuál es la relación entre las Normas y la Conducta Moral?

albert bandura

1.     Introducción

Si bien el Dr. Bandura, no hace referencia a alguna psicopatología específica respecto a la utilización de estas estrategias de desconexión moral, los estilos de adaptación depredadoras las conocen muy bien ya que, como hemos visto en el capítulo V, estas personas poseen una marcada falta de adherencia a los principios éticos y las obligaciones morales.

Comenzando entonces, uno de los problemas que nos encontramos en psicología sobre la temática de la “Moral” es que la mayoría de las investigaciones y modelos teóricos no pueden explicar el nexo entre las normas morales y las conductas de las personas, es decir, cómo hacen las personas para llevar a la acción dichas normas. Y, en consecuencia, tampoco ha habido modelos teóricos que pudiesen explicar los “Desvíos” de la Moral. En otras palabras, se necesitan modelos que pudiesen explicar por qué, si teniendo un sistema de reglas morales incorporados, al llegar el momento de ponerlas en práctica dado una situación concreta, las personas no solo se abstienen de hacerlo, sino que inclusive llegaban a violar las mismas.

En mi tesis de licenciatura (Cáceres 2012), investigué el vínculo entre Estilos de Liderazgo y Valores. Allí intentaba comprender cómo hacían las personas para poner en práctica ciertos Valores según sus Estilos de Liderazgo. En otros términos, estudiaba el nexo entre cogniciones y conductas (aunque todavía no lo sabía). Generalmente, los modelos teóricos sobre los Valores daban por sentado que una vez adquirido algún valor se confiaba que cuando llegase la situación adecuada, la persona sabría cómo poner en práctica dicho valor. Para mi sorpresa, las conclusiones a las que arribé demostraban todo lo contrario, es decir que no había tal nexo lineal y directo entre las cogniciones y las conductas. Si bien di con distintos modelos para tratar de explicar dicho nexo, ninguno fue satisfactorio en ese entonces, pero pude comprender que el nexo entre cognición y conducta era mucho más complejo de lo que se sostenía en psicología.

Cuatro años más tarde, al estudiar el modelo de “Agencia Moral” (Bandura 2016), comprendí que el Dr. Bandura resuelve este problema, ya que el mismo explica tanto la conformación de valores morales de la misma manera en que explica cómo hacen las personas para comportarse amoralmente sin sentirse mal con ellos mismos, y manteniendo su auto-respeto. A continuación, el desarrollo de este modelo de la Moral.

2.     La Moral

El desarrollo de la Moral es un concepto que ha deslumbrado a muchas mentes ilustradas de diversas épocas y ámbitos como la filosofía, el derecho, la religión, el derecho y la psicología actual. Pero, ha sido la brillantez del Dr. Bandura quien descubre un error fuertemente arraigado en nuestras mentes y que ha sido pasado por alto durante tantos siglos de conocimientos, transformándose en un sesgo del cual ni teníamos conciencia. Es por estos motivos que iremos paso a paso describiendo el desarrollo que hace el Dr. Bandura de un concepto tan complejo, pero que ha desmenuzado con tanto detalle y lucidez que su estudio es realmente exquisito.

En el desarrollo de un yo moral, las personas adoptan normas sobre el bien y el mal que sirven como guías y elementos de disuasión para la conducta. Las personas hacen cosas que les dan satisfacción y un sentido de autoestima. Se abstienen de comportarse de maneras que violen sus normas morales, porque tal conducta traerá auto-condena. La restricción de las auto-sanciones negativas para la conducta que viola las propias normas morales y el apoyo de auto-sanciones positivas para la conducta fiel a las normas morales personales operan anticipadamente. A la vista de los incentivos situacionales para comportarse de maneras inhumanas, las personas pueden elegir comportarse de otra manera al ejercer una auto-influencia. Las auto-sanciones mantienen la conducta acorde con las normas internas.

(Bandura, 2016, p.1)

En este párrafo el Dr. Bandura hace un resumen de las funciones y propiedades de la moral. Su principal función es de “guiar” la conducta, ya sea proactivamente en busca de experiencias que refuercen el sentido de auto-estima y satisfacción personal, o restrictivamente para evitar sanciones externas o internas. Hasta aquí, la gran mayoría de los modelos teóricos sostienen por unanimidad el mismo funcionamiento de la moral. Pero será en este siguiente punto, donde el Dr. Bandura hace su gran descubrimiento y se diferenciará de todos los demás teóricos:

La mayor parte de la teorización y la investigación sobre la moralidad se centran en gran medida en la adquisición de normas morales y el razonamiento moral, a menudo separados de la conducta moral. Sin embargo, la adquisición de normas morales es solo la mitad de la historia en el ejercicio de la agencia moral. Las normas morales, ya sean caracterizadas como conciencia, prescripciones morales o principios, no funcionan como reguladores internos incesantes de la conducta. Las personas a menudo enfrentan presiones para participar en actividades dañinas que brindan los beneficios deseados pero que violan sus normas morales.

(Bandura, 2016, p.2)

La mayoría de las teorías morales tradicionales cuentan solo la mitad de la historia en la regulación del comportamiento moral. Se centran casi por completo en el aspecto cognitivo de la moralidad e invierten en el pensamiento moral con un poder dominante. Por ejemplo, los defensores del racionalismo generalmente tienen poco que decir acerca de los mecanismos por los cuales las normas morales se convierten en conducta moral. Esto se debe a que los racionalistas suponen que las personas hacen lo que creen que están obligados a hacer. Según la teoría deontológica, por ejemplo, la conducta moral se rige por el deber de los principios morales adoptados, independientemente de las circunstancias y las consecuencias de comportamiento …

Una teoría del racionalismo moral absoluto está en desacuerdo con el ejercicio de la moralidad en la vida cotidiana. No existe una agencia autónoma que sea impermeable a las influencias ambientales. La agencia autónoma es una ilusión. Al administrar los problemas morales, las personas no se adhieren sin cesar a sus principios morales, independientemente de las circunstancias.  

(Bandura, 2016, p.24)

Tal como nos explica el Dr. Bandura, los teóricos e investigadores de la moral centran sus estudios en la ADQUISICIÓN de las normas o reglas morales y el RAZONAMIENTO de las mismas, pero deja de lado la CONDUCTA, es decir, cómo se traducen esas normas y razonamientos en conductas concretas. Este descuido se debe a que ellos dan por sentado que las personas se “comportan” de acuerdo a los dictados de su moral por un supuesto “SENTIDO DEL DEBER”, sin importar la circunstancias en las que surge dicha conducta. Y justamente, en este punto es donde el Dr. Bandura se separa de los demás modelos teóricos y afirma que la moral NO ES IMPERMEABLE a las INFLUENCIAS AMBIENTALES. ¡Eso es una ILUSIÓN exclama! Y en este sentido, continúa explicando:

La gente no opera como agentes morales autónomos, impermeables a las realidades sociales en las que están inmersos… La teoría cognitiva social adopta una perspectiva interaccionista de la moral.

(Bandura, 2016, p.10)

… Vimos anteriormente que el funcionamiento humano es el producto de una compleja interacción de influencias intrapersonales, de comportamiento y ambientales. Por lo tanto, la moralidad no es solo un asunto intrapsíquico, sino que está profundamente arraigada en las relaciones humanas, con derechos, obligaciones, implicaciones emocionales y redes sociales de códigos normativos respaldados con sanciones sociales …

La autorregulación de la moralidad no se logra solo por el pensamiento moral o por una proeza de fuerza de voluntad autónoma que anula todas las demás influencias. De hecho, los mandatos morales a menudo están anulados por las emociones, los incentivos atractivos y las presiones sociales coercitivas.  (Bandura, 2016, p.26-27)

Aquí nos relaciona su modelo INTERACCIONISTA de la personalidad con la moral, donde, de la misma manera en que la personalidad es el producto de múltiples interacciones interpersonales, conductuales y ambientales, la moral se conforma de igual manera. Es decir, la moral humana no es una entidad “intrapsíquica” independiente y autónoma, sino que se encuentra influenciada por el ambiente, las relaciones y redes humanas y las conductas. La moral no es solamente pensamiento o voluntad inquebrantable, sino que está influenciada por emociones, premios y castigos, presiones sociales coercitivas, etc. Es por estos motivos que el Dr. Bandura proponer un NUEVO MODELO de la moral:

Una teoría integral de la moralidad debe abordar sus aspectos duales. El primer aspecto, que se centra en la adquisición de normas morales y el razonamiento moral, constituye principalmente el lado cognitivo de la moralidad. El segundo aspecto de una teoría de la moralidad aborda los mecanismos de motivación y autorregulación mediante los cuales el pensamiento moral se traduce en acción moral. La especificación de los mecanismos que vinculan el pensamiento con la acción es una característica vital de una teoría integral de la moralidad porque se enfoca en el lugar donde se ejerce la agencia moral. Sin embargo, los teóricos morales generalmente ignoran la brecha en la teorización moral, dejando la impresión de que el pensamiento moral automáticamente engendra acción moral.

(Bandura, 2016, p.27)

Los mecanismos de autorregulación que gobiernan la moralidad operan a través de varias subfunciones principales (Bandura, 1991b). Estas subfunciones incluyen el automonitoreo del comportamiento moralmente relevante, juzgarlo en relación con las normas personales y las circunstancias ambientales, y las reacciones afectivas de autoevaluación al comportamiento juzgado.

(Bandura, 2016, p.27)

El nuevo modelo de la moral que propone el autor debe considerar, en primer lugar, la ADQUISICIÓN de normas y el RAZONAMIENTO moral; en segundo lugar, los mecanismos de MOTIVACIÓN y de AUTORREGULACIÓN por los cuales el pensamiento moral es traducido en acciones morales. Respecto al mecanismo de autorregulación, el Dr. Bandura nos aclara que operan a través de las subfunciones de AUTOMONITOREO, JUZGAMIENTO en relación a las normas individuales y circunstancias; y las REACCIONES EMOCIONALES propias.

A continuación, el Dr. Bandura se detendrá a explicar cada una de estas subfunciones del mecanismo de Autorregulación:

Para ejercer la auto influencia, las personas tienen que prestar atención y reflexionar sobre lo que están haciendo y las condiciones en las que actúan. El proceso de automonitoreo no es simplemente una auditoría mecánica de los desempeños y las influencias sociales. Las creencias, los valores, las actitudes, las condiciones de la situación, las tendencias emocionales y los efectos de las actividades de uno influyen en cómo se perciben y se procesan cognitivamente las acciones y los contribuyentes sociales de los mismos.

(Bandura, 2016, p.27)

En cuanto al Automonitoreo, el Dr. Bandura nos dice que es un proceso complejo donde INTERVIENEN NUMEROSOS FACTORES a la hora de interpretar cognitivamente las acciones de uno mismo. Entre ellos, se encuentran las creencias, los valores y las actitudes de cada individuo, junto con las condiciones ambientales, las emociones y los efectos o consecuencias de las conductas. Como podrán apreciar entonces, el proceso de automonitoreo es un proceso de reflexión complejo sobre muchas variables en juego. Continuando entonces con el análisis de otras subfunciones, el Dr. Bandura nos revela:

El impacto comportamental del automonitoreo depende de las normas morales con los que se compara. Las normas morales influyen en si las acciones se juzgan como correctas o incorrectas. Las personas recurren a una variedad de fuentes para construir sus estándares de moralidad, en parte de cómo las personas significativas en sus vidas han reaccionado ante la rectitud y la maldad de su comportamiento. Están especialmente influenciados por las reacciones evaluativas de aquellos a quienes están emocionalmente vinculados y cuyas opiniones valoran.

La construcción de normas personales también puede verse influida por valores que se enseñan directa o simbólicamente. En esta forma de influencia, las normas morales se extraen de la tutela de las personas en el entorno social, así como las normas representadas en los escritos de figuras influyentes. Además, otros significativos modelan normas morales por sus reacciones a su propio comportamiento. Responden con aprobación propia cuando cumplen con sus normas personales, pero con autocrítica cuando violan esas normas. Se debe tener en cuenta que las personas no absorben de manera pasiva las normas morales ya-hechas de cualquier influencia social que suceda para impactarlos. Más bien, construyen sus propias normas al reflexionar sobre múltiples fuentes de influencias directas e indirectas.

La autoconstrucción de normas es complicada, con tanta diversidad e inconsistencia en las normas que se prescriben y modelan socialmente. Diferentes personas adoptan diferentes normas y con frecuencia no practican lo que predican. El ejercicio de la moralidad implica una buena cantidad de selectividad e hipocresía. Incluso los mismos individuos pueden adherirse a diferentes normas morales en diferentes entornos y dominios de actividad. Por ejemplo, pueden comportarse moralmente en sus relaciones sociales pero transgresivamente en sus declaraciones de impuestos.

Las situaciones con implicaciones morales contienen muchos ingredientes críticos que no solo varían en importancia sino que pueden tener un peso mayor o menor, dependiendo de la constelación particular de eventos en una situación moral determinada. En el proceso de razonamiento moral, los individuos extraen, ponderan e integran información moralmente relevante en las situaciones que los enfrentan.

(Bandura, 2016, p.28)

Respecto a la Comparación de las normas personales, el Dr. Bandura nos explica que la formación de las normas morales no es un simple acto reactivo de “ABSORCIÓN PASIVA” de las mismas, sino que es un proceso muy activo de “CONSTRUCCIÓN” personal de normas en base a las influencias directas e indirectas que tiene cada persona a lo largo de su vida. Continúa diciendo que la construcción de dichas reglas es un proceso complejo, muy diverso y selectivo, donde distintas personas adoptan distintas normas en mismos ambientes o hasta mismas personas adoptan distintas reglas según las circunstancias. Por ejemplo, una persona puede comportarse moralmente frente a sus amigos, pero inmoralmente en su declaración de impuestos.

Por último, el Dr. Bandura aclara que en las situaciones en que se encuentra el individuo, éste extrae, mide e integra información moralmente relevante de la situación para luego ser procesada. Es decir, el individuo, no es un mero ser pasivo que reacciona al ambiente, sino que procesa de forma activa la información del ambiente. Luego, el Dr. Bandura continúa exponiendo otra subfunción de la autorregulación:

El juicio moral establece la norma para las reacciones de la conducta propia. La teoría cognitiva social fundamenta el ejercicio conductual de la moralidad en el componente de auto-sanción del mecanismo de autorregulación. Estas auto-reacciones pueden tomar formas auto-evaluativas, afectivas y de comportamiento. La autoaprobación y el autorespeto por comportarse de acuerdo con las normas morales y la autocondena por violarlas constituyen el aspecto de la autoevaluación. Los sentimientos de culpa y remordimiento son el aspecto afectivo. En la forma comportamental, los individuos se tratan a sí mismos con recompensa por las actividades que valoran y disfrutan o se castigan a sí mismos reteniendo las actividades deseadas o imponiendo las aversivas. La restitución es un efecto de comportamiento común del daño causado por violaciones morales. No se trata de principios o normas morales en sí, sino de la inversión de la autoestima de uno mismo en la forma en que uno cumple con esas normas que rigen la motivación y la autorregulación de la conducta moral. El cumplimiento de las normas morales afirma la visión positiva de uno mismo. Violarlas provoca el auto-castigo. Las auto-reacciones afectivas a las acciones de uno subrayan el aspecto agentivo en el manejo de la vida moral de uno. Estas múltiples consecuencias anticipatorias son fuertes motivaciones e influencias autorreguladoras en el comportamiento moral.

Debido a que los individuos tienen que vivir con ellos mismos, se esfuerzan por preservar una visión de sí mismos como personas decentes y respetables. No hay una visión de sí mismos que sea más devastadora que el autodesprecio.

(Bandura, 2016, p.29)

En relación a las REACCIONES DE LA CONDUCTA, el Dr. Bandura no aclara que estas reacciones pueden tomar forma de auto-evaluación, emocional, o conductual. Respecto a la AUTOEVALUACIÓN, ella se divide en autoaprobación y autorespeto por conducirse de acuerdo a las reglas morales y, de auto condena por violar las reglas morales. En cuanto a la reacción EMOCIONAL, pueden tomar forma de culpa o remordimiento. En relación a la reacción COMPORTAMENTAL, las personas se recompensan por actividades que valoran y disfrutan; y se castigan al no realizar actividades deseadas o realizando actividades aversivas. Por último, el Dr. Bandura nos explica las personas intentan “conservar” una visión de sí mismos como personas “decentes y respetables”, ya que uno visón de “autodesprecio” sería devastadora para el individuo. Este último punto es muy importante porque es aquí donde entran las estrategias de desconexión moral que sirven para sortear este autodesprecio devastador:

La desconexión moral no altera las normas morales. Más bien, proporciona los medios para aquellos que se desconectan moralmente para eludir las normas morales de maneras que quitan a la moralidad el comportamiento dañino y su responsabilidad por ello. Sin embargo, en otros aspectos de sus vidas, se adhieren a sus normas morales. Es la suspensión selectiva de la moralidad por actividades dañinas lo que permite a las personas mantener su autoestima positiva mientras hacen daño.

(Bandura, 2016, p.3)

La desconexión moral elimina tanto las restricciones sobre la conducta dañina como las auto-reacciones condenatorias. La conducta dañina puede incluso ser estimulante cuando los perpetradores la invierten con un alto propósito moral, la desinfectan y le quitan su humanidad. Cuando las malas acciones se traducen en el logro de un objetivo y la moralidad se desvincula por completo de los medios utilizados para lograrlo, a los individuos no les preocupa lo que están haciendo.

(Bandura, 2016, p.29-30)

…Para participar en esas actividades y vivir con ellos mismos, tienen que despojar a la moralidad de sus acciones o invertirlas con propósitos dignos. La desconexión de las auto sanciones morales permite a las personas comprometer sus normas morales y aun así conservar su sentido de integridad moral.

Los mecanismos de autorregulación no funcionan a menos que se activen. Hay muchas maniobras psicosociales por los cuales las auto sanciones morales pueden ser desconectadas de la conducta inhumana. La activación selectiva y la separación de las auto sanciones permite diferentes tipos de conducta por parte de las personas con las mismas normas morales.

(Bandura, 2016, p.2)

Aquí el Dr. Bandura nos explica que la función que tienen las estrategias de desconexión moral es la de ELUDIR las normas morales de la conducta dañina y de la responsabilidad que conlleva. Es una SUSPENSIÓN SELECTIVA de la moralidad para seguir manteniendo una imagen positiva de uno mismo, mientras se comete alguna conducta amoral. Estas estrategias ELIMINAN las auto reacciones condenatorias y las auto sanciones propias del individuo que comete un acto indebido. Finalmente nos aclara que para que los MECANISMOS DE AUTORREGULACIÓN funcionen, primero tienen que activarse, pero hay muchas estrategias para ELUDIR la activación de las mismas. Estas estrategias que eluden la activación de los mecanismos de autorregulación, en especial de auto sanción, son las que estudiaremos a continuación.

Fuente:

Cáceres, D. (2021) Psicología del Mal. Editorial Dunken.

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